Black Tiger / Black Dragon (Capcom, arcade) fue posiblemente el mejor juego de 1987, con permiso de Zelda. Review y análisis retroviejuno.
Hubo una época dorada de los videojuegos, allá por los 80, que no se disfrutó en la comodidad del hogar. Es cierto que en esos años tanto Nintendo como Sega tenían sus primeras 8bits dando guerra sin cuartel, pero, aún siendo plataformas perfectamente válidas para recrear muchas experiencias de juego, no podían competir en absoluto con las recreativas. La brutal potencia gráfica y sonora que las placas recreativas brindaban era impresionante en comparación.
Jugar en un arcade significaba entonces placer instantáneo: sin intros, sin cargas. Echar dinero y pulsar el botón 1 PLAYER. Podías tener tu bebida cómodamente colocada en un lateral del tablero, estar sentado en un taburete, o pedir en barra si tu máquina favorita estaba en el bar de la esquina.
La recompensa a cambio de esa moneda era un sinfín de colores vibrantes a resolución limitada pero decente, jugabilidad ágil, audio FX y música FM inimaginable en casa. Había que añadir la experiencia de vivir el submundo de retos y récords, piques, colas de espera y secretos a descubrir en una época sin internet aún en el horizonte... el único requisito era tener muchas monedas para "quemar".
Esta placa que hoy me ocupa ─una placa de arcade era en su interior, en esencia, como un ordenador completo─, fue conocida internacionalmente como Black Tiger y teniendo en cuenta el año, parece directamente forjada en un horno mágico, probablemente por el mejor equipo de herreros/frikis/programadores de su tiempo. Trabajo arduo y épico no exento de sufrimiento, ya que se conoce que la fecha del estreno del arcade tuvo que postponerse por dificultades técnicas casi un año, hasta ver la luz el 1 de agosto de 1987, justo el día en que este pequeño friki que escribe cumplió 10 años. Me faltó ser hijo de un desarrollador japonés en Capcom en el multiverso y recibir un prototipo como regalo (✜‿✜ )
Érase una vez un bárbaro... que no era Conan ni Rastan
Pero vayamos al juego. Nuestro prota se maneja con los dos botones clásicos de ataque y salto y es un guerrero medieval ataviado con indumentaria de su mundo mágico. Lleva para hacer frente a la dura vida diaria una cadena de bola de pinchos (mangual) y unas dagas infinitas que lanza de tres en tres. Dónde guarda tal arsenal inagotable de cuchillos es parte del misterio videojueguil que nunca será revelado.
A parte de una barra de vitalidad un poco escasa ─al menos hasta que empieza a tomar esteroides en forma de score─ cuenta con una armadura al estilo Ghost'n'Goblins le protege de impactos directos con enemigos o sus armas. El daño causado es variable: desde un ligero roce con una babosa molesta hasta la caída en un foso digno de un fatality de Mortal Kombat.
A lo largo de ocho fases plataformeras bastante amplias y diversas tiene que hacer frente a hordas de esqueletos, demonios de fuego, orcos, momias incombustibles y murciélagos cojoneros. Hasta salen ninjas (¿acólitos de Sega?) lanzando shurikens.
Por el camino ─yo me entretengo─ Tigre Oscuro aprovechará la ocasión para acumular con avaricia ese famoso Zenny de Capcom que dejan caer enemigos y jarrones. Esta moneda sale en bastantes juegos de esta compañía y como curiosidad: su nombre deriva del japonés antiguo Zeni, que significa dinero.
Llenos los bolsillos de zennies tendrás oportunidad de gastarlos en cerveza en las tiendas de unos ancianos resabiados muy cansinos, que esperan ser rescatados de un hechizo de petrificación. Los hay también que, a cambio del rescate, chochean consejos inútiles, y otros que recompensan ofreciendo a sus hijas en casamiento con más tiempo o más dinero para volver a ir de compras al badulaque medieval. Hablando de tiempo, cuidadín con esto, en alguna fase intermedia pasa volando y llorarás por encontrar relojes de arena que dan 30 segundos extra.
En esta tienda de chuches inquisidores nuestro héroe puede adquirir manguales más fuertes, armaduras más resistentes, antivenenos y llaves maestras ─que tienes que comprar para abrir cofres equipados todos con la misma cerradura. Aunque, si son todos los cofres iguales, no sé a qué viene tanta copia de la misma llave─ ⱋ‿ⱋ
Capcom creó una auténtica bestia parda de los videojuegos, una mezcla de aventura, plataforma, hack and slash con ligeros toques de RPG que dejaría huella.
Y el héroe dijo al ver al enemigo de final de fase: «Aquí el jefe soy yo y punto»
Después de este periplo recaudador y de subir y bajar exterminando toda criatura que se ponga por delante, llega el momento de enfrentarse al jefe final de fase. Al principio serán unos ladrillos poseídos por el espíritu de un albañil sin empleo cabreado, y algo más adelante aparecen dragones de chispa fácil, cada cual más malote y con más vida que los anteriores. Y más le vale a nuestro aplastabichos llegar con suficiente armadura, porque por muy musculado que esté nuestro amigo, la carne siempre ha sido susceptible al fuego.
Los final bosses tal vez sean lo más flojo del asunto, ya que no son extremadamente difíciles, sobre todo si se llega holgado de protección. Y siempre hay uno o dos patrones para salir casi indemne del encuentro. A decir verdad, es más fácil encontrar la dulce muerte por el camino, con esas rocas traicioneras que caen sin aviso en mal momento, y en las fases que están repletas de obstáculos y requieren saltos delicados.
Con una dificultad creciente ─pero no imposible─ la aventura de seguir avanzando en Black Tiger es un placer. Dieron con una fórmula magistral de arcade que parece el principio de lo que serían los metroidvania en el futuro de entonces: mapa por explorar, subiendo de niveles, mejorando vitalidad y equipamiento, haciendo frente a bichos infernales progresivamente más difíciles.
Capcom creó una auténtica bestia parda de los videojuegos, una mezcla de aventura épica, plataforma y hack and slash con toques ligeros de RPG que dejaría huella. Desde luego a mí me marcó profundamente. No en vano resiste el paso del tiempo (sin alardes, lógicamente), mucho mejor que otras recreativas de su década. Es darle al botón START y, como cuando pillas empezada una buena película que mola mucho en la tele, querrás seguir jugando hasta el final. De hecho probé la versión de PS3, ¡y tuve que apagar la consola para seguir escribiendo!
Oh my dear cheat / Oh trucos queridos. Además de símbolos rarunos ocultos en paredes ─hay una vaca enfadada─, si vas a por récord, deberías saber que las piedras cabronas aparentemente indestructibles... ¡son destructibles! Pero hay que golpearlas con los cuchillos a distancia cuando están sujetas encima de nuestro héroe, con aproximadamente 40x3 rachas de cuchillos de nivel 1, y cuando caigan rematarlas, tras dos rebotes, justo cuando va a romperse en pedazos. Tachán, 90000 puntos directos al marcador. También dan 30.000 puntos si coges un POW cuando están en pantalla cayendo o si te has pasado golpeando y las destruyes antes. Depende del arma actual (nivel del mangual) cuantos golpes necesitan. Ah, y en el Round 7 ─con un poco de habilidad─ se puede saltar al vacío, atravesando el suelo de estacas, llegando a la parte superior del mapa en un suspiro.
Ya disponible en tus mejores salas de juegos... de los 80
Este arcade fue, sin mucha duda y con perdón de la expresión, uno de los putos reyes en salas y bares donde estaba. Ya llegarían luego para destronarlo clasicazos como Willow en 1989 y Dungeons and Dragons en 1994, pero en su momento nada le hacía sombra.
Así lucía por ejemplo el attract mode en la versión japonesa, pidiendo a gritos ─sobre todo si la máquina tenía un volumen alto─ que los incautos adolescentes ochenteros ─obviamente yo también─ dejaran su paga ahí. ¿Quién podría resistirse a probar una partida? ¡Nadie!
¿Dónde jugarlo ahora? La opción más clásica es echarse la ROM en Mame (PC), o en cualquier versión de Retropie o Retroarch que hay para muchas plataformas y sistemas, dejando claro que hacer esto sin poseer la placa original es un poco piratilla, ejem ႎ _ ႎ). En PS3 está incluido dentro del recopilatorio Capcom Arcade Cabinet y, a diferencia de los otros juegos, es GRATUITO. Estuvo también en la Virtual Console de Wii (probablemente ya descatalogado) y en otros recopilatorios de Xbox y Playstation 2 (Capcom Classics Collection Vol. 2) y en PSP otra edición llamada Remix. Para los más puristas siempre queda la opción de hacerse con la recre original, claro ≧ ᗜ ≦
Valoración final de Black Tiger, la sentencia de un quemamáquinas
En resumen: este juegazo consiste en un guerrero armado hasta los dientes, haciendo hack and slash en plataformas, con gráficos alucinantes (¡eh! seamos justos, que corría el año 1987), toques de rol ligero, ambientación medieval mazmorrera, con NPCs que dan consejos absurdos pero tienen badulaque, enemigos sacados del infierno, algunos secretos, plataformeo pelín desquiciante, y música pegadiza de Tamasan. Es ya un clásico imperecedero que hay que jugar antes de morir, no importá cómo o cuándo. Fin de la sentencia.
(También cabe la posibilidad de que el firmante de este texto aún siga atrapado en ese momento mágico con apenas diez añitos, donde se encaramaba a un taburete para poder llegar a los mandos de la recreativa. Y así de peculiar le forjaron los videojuegos... ^ ᗜ ^)
YIN YANG RETRÓNICO ☯
👍 Lo mejor: Ocho fases largas y variadas. Diseño gráfico espectacular de enemigos y fondos. Las fases no son del todo lineales, con varias rutas. Toques de RPG comprando armas con Zennies. El tema musical principal tiene diferentes versiones en cada fase, siendo la cuarta como una fuga barroca. Los secretos ocultos en paredes. Aún es ─y era entonces─ muy épico terminarlo con una sola moneda.
👎 Lo peor: Los saltos traicioneros inflexibles. No acordarte de empujar el joystick hacia arriba para dar altura a tu salto de fe. Las trampas con piedras a veces te destruyen más que un enemigo final. Quedarse sin llaves para abrir cofres. La versión japonesa es más cruel que una patada en la entrepierna. El tiempo disponible en cada fase a veces es un poco escaso y pone de los nervios, no es para exploradores felices.
RETROSCORE
9
THE LAST BIT 🕹️
Las otras versiones disponibles en diferentes consolas y sistemas son un poco para llorar. US Gold adquirió los derechos para adaptar el juego a ordenadores, con resultados bastante mediocres con respecto a la experiencia original.
En este vídeo se comparan todas. En Atari y Amiga, los gráficos son fieles al original, lo que era costumbre, pero inexplicablemente carecen de música y todo se mueve exasperantemente leeeeeeentooooooo. La versión Commodore es más un clon deleznable a baja resolución, pero al menos es ágil, mientras que Amstrad CPC y Spectrum son monocromos y sacan elfos mutantes con cara deforme haciéndose pasar por orcos. Detalle alucinante es la música en Amstrad, increiblemente similar. Aunque lo rematan haciendo que scroll y sprites se muevan como una patata.
Para NES estuvo desarrollándose una adaptación pero se canceló. Podría haber quedado algo muy digno, pero lo único que es conserva es un par de capturas en revistas especializadas de entonces.
Fuera de estas conversiones execrables, hubo una empresa de la llamada era de oro del software español, Dynamic, que sacó un juego llamado Satan, que, si no es un clon total, al menos parece el primo feo de Black Tiger. Se les acusó de plagio, pero eran otros tiempos de copia/pega sin tanta consecuencia legal...
Recuerdo haberlo probado en su día, pero no sé si fue en un ZX Spectrum +2A de un colega, en el Amiga 500 de otro, o en ambos. Estas ya son edades muy malas para recordar batallitas viejunas ^ᗜ^
Aquí un video comparativo de las versiones de Satan. Por salud retro recomiendo quedarse al margen y jugar con el original de Capcom en el que se inspira.
THE LAST LAST BIT: érase 1987 🕹️
Contexto innecesario para l@s que llegan hasta aquí leyendo. En 1987 salieron bastantes juegos tanto en arcade como en consola doméstica ─la NES/Famicom estaba arrasando con Zelda y Mega Man─, sin olvidarnos de los armatostes IBM PC. Pero si solo tengo que citar los que recuerdo con nostalgia en las salas y que volvería a jugar hasta el final, ya no son tantos. Double Dragon fue uno de los mejores arcades cooperativos de la época, pudiendo dar palizas con un amigo al módico precio de 25 ptas ─0,15€─ por crédito y Rastan, otra joya, era como meterse en el papel de bruto digital sin tener las horas de gym de Schwarzenegger. En ZX Spectrum no puedo dejar de citar de ese año a Head over Heels, una locura isométrica que me robó incontables horas solo para acabar desesperado en sus laberintos sin saber muy bien por dónde seguir. Una feliz tortura que me prepararía para los RPGs más bestias por sufrir.
Fuentes:
1 https://www.wikiwand.com/en/Black_Tiger_(video_game) [3 de Mayo de 2020]
2 https://capcom.fandom.com/wiki/Black_Tiger [4 de Mayo de 2020]
3 http://www.hardcoregaming101.net/black-tiger [4 de Mayo de 2020]
4 https://strategywiki.org/wiki/Black_Tiger [5 de Mayo de 2020]